Mahattma Gandhi, un hombre de paz
Mohandas Karamchand Gandhi fue un hombre de total austeridad y una inflexible y absoluta modestia. Se quejaba del título de Mahatma, dado contra su voluntad por el poeta indio Rabindranath Tagore, y está incluido entre los grandes personajes que, con su pensamiento y acción, cuestionaron y llegaron a alterar el establishment político e ideológico del mundo en el siglo XX, erigiéndose en referente de todo tipo de movilizaciones contra las injusticias. Estudió Derecho en la University College de Londres. Regresó a la India después de lograr su licenciatura para ejercer la abogacía en la India donde no le fue muy bien y regresó a Rajkot para ejercer preparando peticiones litigantes. Aquí, también le fue mal; tuvo que dejar la tarea tras un altercado con un oficial británico, en un incidente en el que trató de abogar por su hermano mayor. Encarcelado en varias ocasiones, pronto se convirtió en un héroe nacional. En 1931 participó en la Conferencia de Londres, donde reclamó la independencia de la India.
A pesar de su excelente biografía, también existen detractores de su pensamiento y actos, y la justifican de primera mano a través de personas que vivieron a su lado. La formación espiritual de Gandhi se compuso de la adoración a la diosa Visnú que profesaba su familia y una serie de culturas y credos amalgamados: el hindú, el musulmán y el jain. Este último tuvo especial influencia en su filosofía y conducta de vida, ya que los jainistas practicaban la no violencia, no sólo con los animales y los seres humanos, sino incluso con las plantas, los microbios, el viento, el agua y el fuego.